viernes, 7 de noviembre de 2014

¿realmente?

- ¿Será cierto que el viento de aquel ventilador sopla mi rostro? - Dije aburrido perdido hacia arriba. Insistí en reflexionar si el viento realmente rozaba mi piel. Quizá, solo en respuesta a la locura de las físicas, o químicas, lo que sea... cada parte individual de ese halo de invisibilidad, danzaba sobre mi como casi riendo. Así es, riendo. De cada momento en el cual confié que respirar es vivir, cuando en realidad, mi necesidad no deriva de ello, si no la de servirme un manjar equívoco sobre una mesa pulida y brillante, traída de una ciudad fantasma. Yo tomo éste escenario, también a éste manjar, y como si de un bicho se tratase, de esos que no poseen escrúpulos al comerse la flor mas bella de un jardín, disgusto cada parte de dicho postre. De ahí comprendo que no soy válido para recorrer brillantes caminos, porque en realidad, no se que estoy comiendo, no se que sabor tiene, ni en que escenario me encuentro, ni de que color la mesa. Es que, tan rico sería poder concluir con la escena y saber como termina, y al no saber como se difumina, es cuando me pregunto cosas tan estúpidas, como que, el viento resuena al sabor de la razón para danzarme y reírse de mis bajos poderes de control total.

No hay comentarios:

Publicar un comentario